LA EDUCACIÓN AFECTIVA

En artículos de prensa de El Tiempo y El Espectador, los diarios más importantes de Colombia, se destacó la problemática del alto porcentaje de los estudiantes que iban perdiendo el año debido al cambio en la evaluación o en pocas palabras a la nueva exigencia académica que se implantó en los diferentes planteles educativos del país.


Los estudiantes de hoy pertenecen a una " generación perdida", porque no se han preocupado por imitar los buenos ejemplos de los adultos cuando estos estudiaban en la primaria y secundaria, donde existía el respeto hacia los mayores y había responsabilidad en el estudio y en las actividades del diario vivir. Esta nueva generación, de magníficos muchachos pero tan displicentes con lo académico, está engrosando la fila de las personas que hacen las cosas porque si, porque toca.


La Junta Directiva del Círculo de Coordinadores de Colegios Distritales, COORCOLDI, en un mensaje publicado en Internet, hace alusión a esta problemática de la educación en Colombia y menciona algunos aportes interesantes que reflejan la problemática de las nuevas generaciones de estudiantes. En El Espectador del 2 de septiembre de 2010, los lectores hacen comentarios ilustrativos y pertinentes:  "Dice flecha veloz 1943: Si se compara un bachillerato de los años 60', con el actual, se pone de bulto alarmantes diferencias: el de antaño era un estudiante muy intelectual, sus conceptos matemáticos, sociales, etc., eran óptimos, pero sobre todo, era un alumno muy responsable y exigente. Comparen un bachiller del Externado Nacional Camilo Torres de ese tiempo con uno de ahora. No hay nada que hacer. El de hoy es mediocre, alevoso y facilista, con un pensum que aterra por lo pobre. Antes uno se ganaba la estadía en el Colegio por notas, por conocimiento, por conducta; ahora la cosa es facilito: promoción automática. En síntesis, señores: en lugar de avanzar merced a los avances técnicos de que gozan nuestros muchachos hemos retrocedido unos 50 años. Y la culpa es de los gobiernos, no de los maestros."

" Dice Pepe 1972208: Con educación pésima, todo regalado hasta las notas, sin indicadores de calidad educativa, con una psicología absurda de no castigo, de todo es psicológico, padres ausentes de su hogares, cero formación moral y civismo...qué se puede esperar, les están enseñando desde niños a "no hago  mas naa. Como la canción.” 


"Dice “Gidi”: Es mejor que pierdan uno ó varios años y entiendan que en la vida real, sólo si se es bueno se surge; si se es mediocre como la gran mayoría de ellos...te despiden o haces quebrar hasta tu propia empresa. Desafortunadamente se venía gestando la más funesta, mediocre e inútil juventud; ya hemos perdido varias generaciones, ojalá estas nuevas se puedan salvar!! "

Es tan marcada la displicencia con  el estudio, llegando al extremo de preocuparse sólo cuando les dicen que perdieron el año. Ahí todo cambia, se vuelve oscuro el panorama y los padres de familia comienzan a llegar a los colegios, preguntando por la suerte de sus hijos.

Desde la famosa "Promoción automática" implantada por el gobierno se desbarajustó el andamio de la educación que se había construido por muchos años, donde un estudiante "valía por lo que sabía y sabía por el valor de sus buenos conocimientos". Hoy, es tan difícil encontrar "excelentes estudiantes"  en un salón de clase, son poquitos...

Los jóvenes de ahora, dicen los expertos, nacieron con un chip bajo del brazo y son de entendimiento audiovisual, por lo tanto hay que llegar a ellos con clases preparadas con las últimas tecnologías, las famosas TICs, por cierto, muy interesantes. Por consiguiente, el educador que no esté familiarizado con estas innovaciones de la pedagogía moderna tendrá que actualizarse o de lo contrario tiende a desaparecer del medio.

Hay que buscar las herramientas necesarias para que ese estudiante se preocupe más por todo aquello que representa el saber, el conocimiento. Se deben buscar los medios que conduzcan a una educación afectiva no solo con los alumnos sino también con los padres, un entendimiento y una comunión con las maneras esenciales de ver la vida, de los compromisos que se adquieren cuando un padre de familia matricula a su hijo y los deberes de estos hijos con la institución y con la familia.

La institución somos todos: educadores, estudiantes y padres de familia. Cada uno tiene una misión y una filosofía de enfrentar la vida en un sendero de continuo entendimiento y responsabilidad. Este valor se está perdiendo en los alumnos porque ya no se cumple con la totalidad de las tareas, talleres, evaluaciones y mucho menos se repasan las lecciones.

Hace treinta o más años, los niños y jóvenes estudiaban con mucha felicidad y dedicación. Cumplían con todos los deberes y hasta les sobraba tiempo para jugar, escuchar las radionovelas y a veces ver la televisión donde los vecinos. Dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Pero bueno, eso ya pasó y solo hay que vivir de los buenos recuerdos que fortalecen el espíritu.

A veces, es importante preguntarnos ¿qué ha cambiado? Hemos sido nosotros, el sistema educativo, los valores, la sociedad. Si ha sido así, ¿por qué ha ocurrido esto? ¿A qué hora cambió, cuándo cambió, estábamos ahí o dónde estábamos? Claro que hemos estado siempre ahí y hemos sido partícipes del cambio, pero un cambio que nos ha afectado, porque en el mundo todo cambió y se globalizó en menos de dos décadas. Fue tan vertiginoso, que los días cada vez parecen más cortos. Entonces, hay que adaptarse y tratar de convivir con todo lo que llega a diario y con mayor razón si es en la educación, hermosa y gratificante profesión. 


Por eso, es importante expresar que la educación no es de la incumbencia de una persona, sino de todos: estudiantes, padres de familia, educadores; entes que conforman una sociedad. El padre de familia debe apersonarse del bienestar de su hijo, estar atento en todas las actividades para formar a un nuevo ciudadano colmado de valores que enorgullezcan a este país que cada día tiene que ser mejor.   

DLF.